Canción de amor
¿Cómo sujetar mi alma para
que no roce la tuya?
¿Cómo debo elevarla
hasta las otras cosas, sobre ti?
Quisiera cobijarla bajo cualquier objeto perdido,
en un rincón extraño y mudo
donde tu estremecimiento no pudiese esparcirse.
Pero todo aquello que tocamos, tú y yo,
nos une, como un golpe de arco,
que una sola voz arranca de dos cuerdas.
¿En qué instrumento nos tensaron?
¿Y qué mano nos pulsa formando ese sonido?
¡Oh, dulce canto!
¿Cómo sujetar mi alma para
que no roce la tuya?
¿Cómo debo elevarla
hasta las otras cosas, sobre ti?
Quisiera cobijarla bajo cualquier objeto perdido,
en un rincón extraño y mudo
donde tu estremecimiento no pudiese esparcirse.
Pero todo aquello que tocamos, tú y yo,
nos une, como un golpe de arco,
que una sola voz arranca de dos cuerdas.
¿En qué instrumento nos tensaron?
¿Y qué mano nos pulsa formando ese sonido?
¡Oh, dulce canto!
Rilke
23 de enero de 2012
Bitácora
Volver, viajes, circunscribir un diálogo sobre las tierras punzadas
de[L] norte, un mes fuera, girando en mí misma, rompiendo un vientito, aquí y
allá, lo rojizo dentro del poro, incrustado entre las piedras de la ciudad,
Iguazú, a lo lejos encerraba Corrientes el perfume en su pelo, costanera sur,
un sol inclinado, fuerte, leones de luz, iguanas besando la siesta, una parra,
lectura en un pequeño tiempo, con una boca bendita, bendita, pronunciando
nombres dispares, y estaba el tuyo, exacto, abriendo las manitos, naciendo al afán
del día, queriendo, qué, si supiera, yo, si supieras [...]
....
Goya
Moví todas las
hojas del jardín
[Lisandro
Aristimuño]
Había un pueblo, barrido, cruzado de motocicletas, las lunas eran
insectos, suaves, yo residía en mi gran casa, arruinada, en pedacitos, de edad
cien, en la siesta abría libros, buscaba, palabritas, pequeñas bibliotecas de
un pequeño territorio, los niños aprendían a hablar arrastrado, marcados por la
zona, un lenguaje que impregna mi inmenso centralismo, y yo vengo de así, de un
interior girado, del íntima tierra, de esos montículos de gente que pesca las
orillas de peces del río paraná, y dentro de sus órganos viaja una flor
amarilla de chamamé, ahí nací, y qué significa, todo esto, una gigante nada
apretada de sentidos […]
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