Me he vuelto infiel a mayo, y al verano, y al otoño, y no me fijo si es de día o es de noche, como antes; ya no pertenezco ni al cielo ni a la tierra, pertenezco solo a uno solo; pero la floración de mayo, la llama del verano y la madurez del otoño, la claridad del día y la gravedad de la noche, y el cielo y la tierra están reunidos para mí en ese solo! Tal es mi amor...
Friedrich Hölderlin
en Hiperión